Llenos de expectativas, ilusiones y muchos sueños, cerca de 55.000 estudiantes iniciaron sus clases este lunes, 12 de agosto, en la Universidad Estatal de Milagro (UNEMI). Desde muy temprano, una gran masa de educandos llegó a las instalaciones académicas, lo que se repitió en cada jornada (matutina, vespertina y nocturna). A este grupo también se sumarán otros 15.000 jóvenes más, que formarán parte del Curso de Nivelación de Carreras 2s-2024, en septiembre próximo.
Las actividades presenciales se desarrollaron en 180 aulas de UNEMI, que están dotadas de equipos de vanguardia, conectividad, climatización y mobiliario funcional.
Los educandos se muestran entusiastas con esta nueva etapa de sus vidas; algunos de ellos, sobre todo quienes cursan su primer nivel, estaban asombrados por la infraestructura y el desarrollo que ha protagonizado la Universidad en los últimos años.
“Mi papá estudió aquí y me traía cuando era una niña, ahora me toca a mí y veo que todo está cambiado, hay muchos edificios, canchas, está muy bonito”, comentó Emily Tamayo, de 18 años, estudiante del primer nivel de Multimedia y Producción Audiovisual.
Un criterio similar comparte Adrián Maldonado, de 27 años, quien estudia la misma carrera en la jornada matutina de la modalidad presencial. “Se ve que hay un ambiente bastante bueno, muy acogedor en la Universidad y se está ampliando más”, comentó el joven.
A pesar de que Adrián vive en Guayaquil, escogió a la UNEMI para formarse profesionalmente y aclara que todos los días debe viajar para llegar a clases. “El esfuerzo vale la pena”, acotó.
La economía se dinamiza
Además de los pasillos y salones de clases de la alma máter, diferentes sectores económicos de la ciudad también se vieron dinamizados con la llegada de los estudiantes al segundo período académico del año en la UNEMI.
Los diferentes establecimientos que se asientan en los alrededores de la universidad se vieron abarrotados de jóvenes en busca de sus productos y servicios. Entre ellos, los restaurantes, cuyas mesas eran testigos del ir y venir de alumnos; lo mismo ocurrió con papelerías, tiendas, farmacias, bazares y demás locales comerciales cercanos a la Institución.
Otro de los beneficiados es el sector del transporte público. Los buses urbanos aprovechan la afluencia de jóvenes universitarios y viajan con toda su capacidad ocupada. Llegan desde los distintos puntos de la ciudad para dejar a una multitud de estudiantes y casi en igual número regresan en los horarios de salida.
El taxismo, otro sector del transporte público, incrementó sus viajes en los exteriores de la universidad. “En época de clases, las carreas se triplican, es cuando uno puede hacer un poquito más de plata”, comentó Luis Urgilés, taxista cooperado.
Como ellos, un sinfín de comerciantes, vendedores y establecimientos de todo tipo, ven en el inicio de clases una oportunidad para incrementar sus ingresos; lo que convierte a la UNEMI también en un motor económico de la ciudad. (CG)