Las emociones marcaron el segundo día de graduaciones en la Universidad Estatal de Milagro (UNEMI), que tuvo como protagonistas a los nuevos profesionales de las carreras de Fisioterapia, Nutrición Humana, Nutrición y Dietética, Economía en Línea, Derecho y Trabajo Social modalidad semipresencial.
De camino al auditorio del bloque W, en donde se desarrollan las ceremonias, padres, hermanos, esposos, hijos de los graduandos, se mostraban orgullosos de los abogados, economistas y licenciados que estaban por recibir su título, después de varios años de esfuerzo, dedicación y sacrificio, cada uno de ellos, con una historia que contar.
Admiración por la fortaleza de su esposa
Pedro Morán (43) no pudo contener la emoción de ver a su esposa, Gisella Romero (36), a minutos de convertirse en Licenciada en Fisioterapia. “Siempre admiré las ganas que le puso a sus estudios, eso me motivaba a mí también a ayudarla, es bonito ver cómo se esfuerza y lucha por lo que quiere”, dijo entre lágrimas el orgulloso esposo.
El camino no fue fácil, “hubo momentos en los que parecía que no podía lograrlo, me amanecía haciendo deberes y todo ese esfuerzo es bonito verlo reflejado aquí, ahora; tengo esa satisfacción de que sí pude lograrlo y quisiera motivar a otros estudiantes a que sigan adelante y, aunque parezca duro, que no dejen de intentarlo”, mencionó Romero.
Padres orgullosos
Lourdes de la Cruz tiene viva la memoria de su hija, Lissette Solórzano (22), dedicada a tiempo completo en su tesis para graduarse de Licenciada en Fisioterapia. “Hubo días en los que lloraba, porque también tenía la responsabilidad de ser presidenta de curso, pero al final supo manejar todo ese peso y ahora todos estamos felices”, comentó la señora.
Por su parte, Hugo Solórzano (73), padre de la recién graduada, recuerda lo duro que se volvían los viajes de su hija, desde Socio Vivienda, en Guayaquil, hasta la UNEMI. “Desde las 04h00 ella ya estaba despierta para poder ir a clases, tenía que ir a dejarla a la Terminal (en el Puerto Principal) y desde ahí se iba a Milagro. Ahora ya tiene su recompensa”, comentó.
El amor incondicional de los abuelos
Para Samuel Maldonado (23), alcanzar el título de Licenciado en Nutrición tiene un significado especial, en este triunfo ve reflejado su esfuerzo y el de sus abuelos, Dolores Barragán (73) y Jorge Maldonado (80), quienes lo criaron como a un hijo, desde la muerte de su madre hace siete años.
Sin embargo, su ausencia la sintió desde muy pequeño, cuando ella decidió viajar a España en busca de un sustento más rentable para su hogar; en tanto que su padre formalizó un nuevo compromiso. “Mi esposo y yo hemos estado para él en todo momento, es un chico responsable, dedicado, y solo le pido a Dios que nos dé fuerzas para continuar ayudándolo”, comentó Dolores.
De igual forma, Samuel retribuye ese amor que recibe, y es a ellos a quién les dedica este logro. “Su participación fue fundamental, han sido todo para mí. El título va para ellos. Y de aquí el siguiente paso es la maestría”, comentó el recién graduado.
Esta es solo una muestra de las historias de esfuerzo y sacrificio que están detrás de los diferentes títulos de grado que se entregan durante estas dos semanas en la UNEMI, en donde está previsto graduar a más de 3.000 nuevos profesionales.