Transcurre el día sábado en UNEMI, entre actividades académicas y deportivas; se observan estudiantes transitar de un lado al otro y las canchas lucen llenas de deportistas que aprovechan el fin de semana para distenderse.
Pero existe otra parte en la universidad, menos visible pero muy activa en su desempeño. Dentro del bloque Q, en el Departamento de Difusión Cultural, los grupos de danza y teatro se deslizan descalzos en la sala de ensayos, como parte de un ejercicio de expresión corporal.
Son estudiantes que dan un día extra a la institución sin reparo alguno, pues dicen “sentir el arte” como “parte imprescindible de su vida”.
Wellington Garcés, estudiante de segundo semestre de Licenciatura en Enfermería, inició su vínculo con la UNEMI a los 14 años, como integrante del grupo de teatro. Dos años más tarde se vinculó a la Danza de nuestra universidad y hasta la actualidad, a sus 18 de edad y con más experiencia en el arte, Wellington continúa representando a UNEMI.
“Para mí la danza representa dos cosas, el amor y luego una pasión” sostiene el joven danzante.
Este futuro profesional de la salud comenta que ha estado ligado desde siempre al arte, puesto que la mayor parte de su familia hace danza.
“Si por alguna razón no pudiera continuar haciendo danza sería muy duro para mí, pero no me sentiría triste, porque me queda la satisfacción de haberle dedicado muchos años de mi vida a esto que me apasiona” resalta Garcés.
Las puertas del departamento están abiertas para quienes consideren tener aptitudes, explica el estudiante. “En principio muchos no vienen por ‘miedo’… yo les quiero decir que cuando se encuentren aquí, van a saber que es una experiencia muy bonita; todo lo que se vive, los recuerdos, las amistades que se hacen, y sobretodo vienes a hacer arte y el arte te libera del estrés” sostiene el artista.
Diego Zambrano, estudiante de octavo semestre de Ingeniería Industrial e integrante de Teatro, explica que lo realizado en cada ensayo grupal representa para él “una conexión más profunda consigo mismo” y una forma de “liberar tensiones”.
Diego lleva 5 años haciendo teatro en UNEMI y hoy en día asegura dedicarle 14 horas semanales, que corresponden a ensayo, pero más de ello, en casa se dedica al estudio de los personajes que le asignan de acuerdo a la obra.
Zambrano dedica tiempo y esmero a su carrera universitaria, pero siempre se da espacio para el arte.
“Es muy difícil cumplir con todo, suelo perderme de cosas importantes, pero lo hago porque el teatro es mi vida” añadió el artista, quien además dice que hacer teatro en representación de UNEMI significa para él un orgullo.
“Visitamos Perú a inicios de este año y fuimos el único grupo ecuatoriano, y si se dan estas oportunidades es por el hecho de ser parte de UNEMI. Fue emocionante saber que pones en alto el nombre de la institución y del país en otras tierras” indica Diego.
Al interior del departamento de Cultura el ensayo continúa. Danza y Teatro realizan ejercicios que les ayudarán a ganar confianza, según explica Geovanny Prieto, director de Teatro. El profesor revela que se encuentran implementando desde este año obras que fusionan a estas dos expresiones artísticas.
Prieto destaca el compromiso que demuestran los chicos y las destrezas que adquieren con el tiempo hasta que llegan a afianzarse.
“Los chicos están muy comprometidos con el arte, tenemos estudiantes de varias carreras de UNEMI y también quienes han encontrado aquí el espacio para desarrollarse como artistas” añade Prieto.
El director teatral resalta que su mayor satisfacción como director es haber sido el impulso para que sus alumnos se motiven incluso a hacer de esto “una carrera”.
¿Qué harías si en algún momento no pudieras continuar realizando esta actividad? Los artistas respondieron más con la mirada que con sus propias palabras. Wellington y Diego aseguraron que mantendrían su vínculo con el arte, de cualquier forma posible.
Y Prieto opinó: “Cuando empiezas a ser artista, de una u otra forma continuas siéndolo, porque sientes esa necesidad… El arte se vuelve parte de ti”.