Un total de 156 emprendedores provenientes de diferentes sectores de Milagro, y otras ciudades aledañas, recibieron la mañana del viernes, 5 de julio, el certificado de participación en la capacitación que les ofreció la Universidad Estatal de Milagro (UNEMI) a través del proyecto de servicio comunitario denominado Fomento de la Actividad Emprendedora en Áreas Urbanas y Rurales.
El curso, que tuvo una duración de 80 horas y que se realizó el mes pasado, fue impartido por 175 estudiantes de sexto y séptimo nivel de la carrera de Economía en línea, con el tema: “Correcto uso de los recursos tecnológicos: Aplicar uso correcto de técnicas de ventas, análisis económico y financiero y herramientas digitales”.
Una de las beneficiadas fue Gabriela Quiñónez, de 34 años, quien llegó desde Guayaquil a recibir su certificado. “Esto me ha servido mucho porque antes solo me manejaba por Whatsapp, pero con las capacitaciones he aprendido a manejar Facebook, Canva y también Tiktok, que es lo que más uso ahora, porque es la plataforma más efectiva”, comentó entusiasmada.
La joven guayaquileña, que vive en el sector de la Sergio Toral, se dedica a la venta de diferentes artículos en línea, un negocio que le permite aportar a la economía de su hogar y mantener a sus dos hijos, de tres y diez años.
“Estas capacitaciones se dan para tener una conexión directa de servicio a la sociedad a través de proyectos de vinculación… estos dan ayuda y abren las oportunidades de productividad dentro del emprendimiento”, señaló Miossotty Naranjo, directora de la carrera de Economía en línea.
“A través de la transferencia de conocimiento, (los estudiantes) van explicándoles distintas técnicas y herramientas para que ellos puedan aplicar en el día a día”, puntualizó la docente.
Es así que este tipo de instrucción, impulsadas por el Vicerrectorado de Vinculación, a través del área de Servicio Comunitario de UNEMI, benefician a emprendedores de todo tipo de edades y diferentes negocios, como Jostin Reyes, quien a sus 21 años está al frente de dos actividades productivas.
“Me dedico a la venta de zapatos para mujeres, me encargo de repartirlos a diferentes ciudades; y también a la venta de detergente, yo me encargo de fabricarlo y entregarlo”, detalló el joven, quien se mostró feliz por este beneficio que le brindó UNEMI. “La verdad que estoy muy agradecido con todo esto que hacen para jóvenes y personas mayores, porque nunca es tarde, a cualquier edad se puede salir y atreverse a hacer cosas nuevas”, acotó.
En cambio, Flor Rivera, de 56 años, ha dedicado gran parte de su vida a elaborar y comercializar tejidos. “Tengo un puesto en la bahía Mi Lindo Milagro, en el local 305, donde vendo mis productos, hago zapatos, ropa, toda clase de tejidos para adultos y niños”, explicó entre sonrisas. “Les pido que sigan adelante, que es una bonita obra”, acotó.