José María Flores, de 63 años, sufría de intensos dolores en su brazo izquierdo. “Lloraba porque no podía moverlo”, compartió. Sin embargo, tras recibir ejercicios y apoyo de los estudiantes de la carrera de Fisioterapia de la Universidad Estatal de Milagro (UNEMI), su dolor disminuyó considerablemente. “Ahora, mi brazo está mucho mejor”, afirmó emocionado.
Al igual que José María, otros 95 adultos mayores del Centro Gerontológico del Buen Vivir en Milagro fueron asistidos por los futuros licenciados en Fisioterapia de UNEMI. Estos estudiantes llegaron al albergue con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los residentes a través de un proyecto de vinculación comunitaria, que incluye actividades fisioterapéuticas y cognitivas.
Este martes, 9 de julio, se realizó la clausura del proyecto con una alegre mañana llena de música infantil, juegos lúdicos, bailoterapia y más, dedicada a animar a los adultos mayores.
“Antes de iniciar las actividades fisioterapéuticas, los estudiantes realizan una valoración previa de cada adulto mayor para hacer un diagnóstico. Aplican diversos test para establecer su condición tanto fisioterapéutica como cognitiva”, explicó la docente Lorena Ramírez, líder del proyecto. Las actividades cognitivas ayudan a retrasar el deterioro cognitivo de los adultos mayores, agregó Ramírez.
Durante el proyecto, que tuvo una duración de un año y es el segundo ejecutado en el Centro desde 2022, 43 estudiantes de Fisioterapia participaron en diferentes actividades con los 26 residentes y 70 pacientes diurnos del Gerontológico. En el área cognitiva, los adultos mayores practicaron la lectura de textos, resolvieron ejercicios matemáticos y rompecabezas, entre otras actividades, indicó Ramírez.
En cuanto a la fisioterapia, los estudiantes realizan una valoración inicial y diseñan un tratamiento basado en el diagnóstico establecido en la historia clínica. “Esto significa que, con base en el diagnóstico, elaboran un plan de ejercicios físicos para mejorar la condición de los adultos mayores durante todo el semestre”, explicó Ramírez.
“Todo esto es muy bonito. Me ayudan a mover las piernas y los brazos, y sí me ha ayudado bastante. Me siento bien comparado con cómo estaba antes”, comentó María Pilar Calvache, de 74 años, quien ha residido en la casa de acogida durante cinco años.
Los ejercicios son especialmente importantes para personas con debilidad muscular y fragilidad, ya que ayudan a prevenir fracturas, aseguró la líder del proyecto.
Para los residentes y pacientes diurnos del Centro Gerontológico, esta iniciativa ha sido un apoyo fundamental en su vida diaria. “Los estudiantes les dan ánimos. Cuando pasan los años, el adulto mayor tiende a deprimirse, pero al ver la juventud, alegría y energía que traen los estudiantes de UNEMI, se sienten involucrados y revitalizados”, señaló Mauricio Muñoz, coordinador del Gerontológico.