Entre las 09h00 y las 17h00 de este lunes, 15 de julio, estaba prevista la llegada de casi cinco mil estudiantes a la Universidad Estatal de Milagro (UNEMI), divididos en seis turnos a lo largo del día, en lo que fue la primera jornada de exámenes finales de grado, en todas sus carreras y modalidades.
El ir y venir de los estudiantes fue constante y fluido al interior de la UNEMI, una vez que se ejecutó lo planificado con meses de anticipación. Al inicio de cada turno, las filas no tardaban en disiparse y circular hacia los distintos aularios que se destinaron para las evaluaciones.
Cada rincón de la Universidad se dinamizó con la presencia de los alumnos, quienes llegaban desde diferentes puntos del país: Costa, Sierra y Oriente. También se pudo observar a grupos de compañeros que durante el semestre solo se relacionaron de manera virtual y ahora tenían la oportunidad de compartir en persona, y juntos aprovechaban para un último repaso antes del examen.
No traer mochilas, cuadernos o laptops
Kenya Román, directora de Gestión y Servicios Académicos, hizo un llamado a todos los estudiantes que lleguen a la Institución para rendir sus pruebas, para que eviten traer mochilas, cuadernos o laptops, porque esta situación puede generar retrasos en el flujo de las filas.
En caso de reprogramaciones, la directora explicó que estas se pueden hacer en la misma aula, ya que el docente a cargo está capacitado para hacerlo de forma ágil.
El esfuerzo que antecede al éxito
Viajar desde otras ciudades, sin duda, requiere de un esfuerzo adicional, lo que va en sintonía con el nivel de exigencia académica que demanda un título de calidad.
Es el caso de Mónica Moreira, de 27 años, quien se trasladó desde Quevedo, provincia de Los Ríos, con su esposo, Carlos Herrería, y su pequeño hijo de tres semanas de nacido.
“Es un niño que nació antes de tiempo y no podía dejar a mi esposa en este momento, sus exámenes son un requisito muy indispensable”, contó el esposo de Mónica, comunicador social de profesión. Su esposa estudia la misma carrera en UNEMI.
“Yo agradezco mucho a la Universidad porque ha dado oportunidades con las carreras en línea, a muchos nos ayuda porque se acomoda a los horarios de trabajo, a las actividades de todo tipo y eso es lo mejor: seguir en este camino de preparación académica. Todo se puede cuando hay entusiasmo y ganas”, agregó el padre de familia.
Llegó desde Loja junto a su hijo
Un caso similar es el de Haiddy Álava, estudiante del tercer nivel de Derecho en línea; ella viajó desde Loja para dar sus evaluaciones, sola junto a su pequeño hijo de 10 meses de edad. “La Universidad siempre me atrajo, hay docenes extraordinarios”, comentó emocionada, al tiempo de resaltar las facilidades que le brindó el personal de UNEMI en este y otros casos similares.
Se turnaron el cuidado de su hijo para dar el examen
Cerca de ella se encontraban los esposos Alexis Granados y Heidy Macías, oriundos del cantón Ventanas, provincia de Los Ríos; ambos de 32 años y estudiantes de la carrera de Comunicación en línea. Mientras esperaban el turno para su siguiente examen, jugaban con su hija, de seis meses. “Cuando ella entra, yo me quedo con la bebé, y cuando yo ingreso, es ella quien la cuida”, contó Alexis.
A 15 días de dar a luz
El mismo ánimo y sentido de responsabilidad tenía Ana Rodríguez, de 24 años, quien llegó a la UNEMI desde Guayaquil para dar sus exámenes, a 15 días de dar a luz. Esto último no fue impedimento para que la joven acuda a rendir sus exámenes y cumplir con su responsabilidad académica.
Junto a Ana se encontraba su grupo de compañeros de la carrea de Comunicación en línea, que llegaron desde otras ciudades y aprovecharon el momento para compartir. “Solo nos vemos de manera virtual, y ahora que estamos aquí queremos disfrutar un rato entre amigos”, comentó la estudiante.
“Debemos poner un poquito de empeño, tomarse un poco de responsabilidad para cumplir con los exámenes; yo podía justificar, pero no, el último examen quería darlo con mi bebe aquí (en su vientre)”, agregó.
Los obstáculos están para superarlos
Otro ejemplo de esfuerzo y dedicación es el de Lisbeth Mogrovejo, de 27 años, quien viajó desde Esmeraldas para rendir la prueba y lo hizo con una férula en su pierna. “Tuve un accidente faltando dos días para los exámenes y me tocó venir desde la parroquia La Unión… tengo compañeros que me ayudaron cargándome y me permitieron entrar, no ha habido problema, sí me han ayudado bastante”, comentó la joven.
El apoyo siempre será importante
Un espacio de la UNEMI estuvo dedicado para los familiares de los estudiantes que arribaban a rendir las evaluaciones, y que por motivos de urgencia no pudieron llegar solos. Entre ellos estaban Andrea Bajaña (65) y Moisés Jara (70). Ellos esperaban pacientemente que su nieta terminara de dar sus pruebas. “Ella viene de Machala y nosotros somos de Naranjito, por eso vinimos a acompañarla y a darle apoyo”, comentó la señora.
En otro rincón y junto a una maleta de mano estaban Juan y Gloria, quienes esperaban a su hija, Damaris López, de 19 años y estudiante de la carrera de Administración de Empresas. Confiados en el buen desempeño de la joven, aguardaban a que terminara sus evaluaciones. “Ella es muy inteligente, sabemos que sí va a sacar una buena nota… Cuando estaba en el colegio dijo que se iba a esforzar para sacar buenas notas, porque ella sí podía lograrlo”, aseveró la orgullosa madre.
Para garantizar el adecuado proceso de exámenes finales, la UNEMI dispuso un contingente de 500 personas, además de guardianía privada. Así mismo, la alma máter cuenta con la infraestructura necesaria y la conectividad para recibir a los 55.000 estudiantes durante estas dos semanas de evaluaciones. (CG)
CIFRAS
20.121 exámenes se ejecutaron durante el primer día.
15 y 20 minutos es el promedio que cada estudiante tarda en rendir un examen.
3.000 personas, aproximadamente, ingresaban en cada turno.