A través de diferentes estrategias, la Universidad Estatal de Milagro (UNEMI), desarrolla una campaña de sensibilización sobre los estudiantes con necesidades educativas asociadas o no a una discapacidad, como una forma de reforzar la empatía con los alumnos que presentan algún tipo de condición, de manera que estos pueden desarrollar sus actividades académicas en igualdad de condiciones.
Como parte de este trabajo, que ejecuta la Gestión de Inclusión y Equidad de Bienestar Universitario de la alma máter, el personal del área visita los salones de clase en donde, además de charlas, realizan novedosas dinámicas ilustrativas con los estudiantes.
Una de ellas consistía en vendar los ojos a un estudiante, elegido al azar, con el objetivo de encontrar un teléfono en un punto específico del salón, para lo que era guiado por otro alumno. De esta forma, los jóvenes palpaban en persona las dificultades de un compañero, en este caso, con discapacidad visual.
“En cuanto a la sensibilización de los chicos nos enfocamos en que pueden ser un apoyo, un guía, informarse más y tal vez aprender cómo comunicarnos con ellos (personas con discapacidad) de una manera más efectiva”, explicó Anita Rentería, de la Gestión de Inclusión y Equidad.
Previo a esta campaña, el área desarrolló un test para identificar las necesidades especiales que este grupo de estudiantes pueda tener. “Ahora se realizan entrevistas más directas con los alumnos y con familiares, cuando es posible. Esto permitirá identificar el tipo de grado de adaptaciones que ellos necesitan”, detalló la Mgtr. Sonia Molina, directora de Bienestar Universitario.
Así mismo, agregó que la Gestión de Inclusión y Equidad entregó a cada Facultad de la UNEMI, adaptaciones curriculares generales para que puedan ser utilizadas por cada docente en beneficio del proceso de enseñanza-aprendizaje de los jóvenes. “Como ya están trabajando con estas adaptaciones, también tenemos ciertas inquietudes y consultas de parte de los maestros, y esto es muy bueno porque ha generado mucha expectativa y se los ve comprometidos”, indicó la directora.
El objetivo es que cada docente pueda dar el acompañamiento necesario al alumno con discapacidad, al aplicar diferentes estrategias o metodologías enfocadas a mejorar el aprendizaje. Sobre esto, Rentería destacó la importancia de aplicar el Diseño Universal de Aprendizaje (DUA). “Esto es: ‘yo planifico en función del estudiante que presenta alguna discapacidad’, por ejemplo, si es un problema auditivo, entonces los videos que yo presente tienen que ser subtitulados y planifico eso para todo mi grupo, no solo para él, ya no es individual”, señaló.
De igual forma, hacen hincapié en que las exigencias son las mismas para todos, ya que no se trata de dar ventajas en cuanto a la formación académica, sino de adaptar los procesos de enseñanza para lograr el aprendizaje óptimo para todos.
“Nuestro objetivo es sensibilizar a la comunidad, que nuestros estudiantes tengan esa empatía con quienes tienen estas condiciones, y también reforzamos la parte del joven que se encuentra afectado”, insistió Jully Guijarro, Trabajadora Social de la Gestión de Inclusión y Equidad.
A ellos nada los detiene
Daniela Morán tiene 21 años de edad, y registra una discapacidad auditiva desde los cinco. Actualmente se encuentra en el segundo nivel de la carrera de Educación Especial, profesión con la que espera algún día poder ayudar a otras personas con alguna condición física o cognitiva. “Quiero trabajar con los niños, poderles enseñar… hay que hacerlo con amor, paciencia y respeto”, expresó la joven.
Desde su primer día de clases en la UNEMI, ha recibido el apoyo y acompañamiento de sus docentes, afirma. “Me han ayudado muchísimo, he entendido todo lo que me han explicado, y también hay una compañera que siempre me ayuda en lo que necesito”, agregó.
Una experiencia similar ha tenido Kevin Chávez, de 24 años, quien tiene el diagnóstico de parálisis cerebral infantil, lo que ha limitado la movilidad en su cuerpo. “Cuando me gradúe voy a seguir superándome y demostrando que las personas con discapacidad podemos ser igual que todos a nivel laboral, que podemos optar por los mismos puestos”, destacó.
El apoyo que ha recibido de sus compañeros, así como las adaptaciones aplicadas por el personal docente de UNEMI, y sobre todo su esfuerzo y constancia, le han permitido estar hoy en el sexto nivel de la carrera de Administración de Empresas.
Uno de los mayores apoyos que recibe es el de su hermano menor, Kenny, de 20, quien lo acompaña casi todo el tiempo en la Universidad, al punto de convertirse en las ‘manos’ de Kevin. “Yo lo acompaño toda la clase y lo ayudo en la movilización, en clases, etcétera; algún día me gustaría verlo como un profesional ejerciendo su cargo, lo admiro mucho”, apuntó.
Para sus compañeros, Kevin se ha convertido en un ejemplo de superación y un buen compañero. “Él es muy sociable, nos reímos, lo tratamos como a cualquier otro; y la verdad, yo no lo ayudaba en sus tareas, él me ayudaba a mí”, dijo entre risas, Aliz Morán, quien fue su compañera de clase durante sus tres primeros niveles.
Casos como estos evidencian el compromiso que UNEMI tiene con su comunidad universitaria, al fortalecer la inclusión y equidad en la educación como un proceso permanente que reconoce y valora la diversidad de las características de sus estudiantes. (CG)
CIFRAS
603 estudiantes con algún tipo de discapacidad estudian en la UNEMI.
104 de ellos ingresaron en el presente período académico.