La algarabía y entusiasmo de los niños enmarcó el evento de clausura de la primera parte del proyecto de vinculación Promoción del Cuidado del Entorno Natural en niños de Educación Inicial, que desarrollaron docentes y estudiantes de la Universidad Estatal de Milagro (UNEMI), en dos instituciones educativas fiscales de la ciudad.
El evento, que se realizó en la escuela de educación básica Humberto Centanaro Gando, ubicada al noreste del cantón, contó con la participación del grupo de universitarios, maestros y autoridades del plantel, padres de familia y los estudiantes, quienes fueron los beneficiarios directos.
“El primero grupo de interés de participación han sido los niños menores de 5 años, es decir, de educación inicial II, a quienes está dirigido el proyecto, pero también se han incluido a los niños de primero de básica, como parte del proceso de fortalecimiento de las prácticas correctas del cuidado de la naturaleza”, explicó la Dra. Mariela Lozada, líder de este programa.
La planificación integral de estos trabajos se programó para ejecutarlos en un año, desde agosto del 2024 hasta el mismo mes, en el 2025. “Ahora estamos finalizando una primera etapa, con un grupo de estudiantes de quinto a octavo semestre”, aclaró la docente.
En cuanto a las actividades que desarrollaron durante estos meses, los jóvenes universitarios estructuraron espacios dedicados a la siembra de plantas ornamentales, medicinales y comestibles; para las primeras diseñaron jardines; y para las otras dos elaboraron huertos funcionales.
En lo que hoy se aprecian sembríos, que ya han dado sus frutos, al inicio del proyecto eran terrenos con vegetación infértil. Para adecuar el espacio, fue necesario el uso de maquinaria, así como la mano de obra de toda la comunidad escolar y universitaria, de acuerdo con las capacidades y habilidades de cada uno.
Estas mismas actividades se realizaron en la Unidad del Milenio, Ricardo Rodríguez Sparovich, ubicada al sur de la ciudad; entre los dos establecimientos se generó un total de 180 beneficiarios directos de este programa de vinculación.
“Han sido espacios de aprendizaje, recreación y distracción para los niños y niñas, han participado activamente, y al haberlas plantado ellos mismos, se ha generado ese sentido de pertenencia, esa conciencia sobre el cuidado de las demás especies vivas de nuestro entorno, como lo son las plantas”, agregó la Dra. Lozada.