Santa Elena y La Libertad: cantones con alto riesgo ante cambio climático, según estudio realizado por académicos de la UNEMI
La investigación alerta sobre la amenaza que representa el calentamiento global de manera especial a estas dos poblaciones costeras del Ecuador, ante un eventual aumento de precipitaciones y la temperatura.
Proporcionar a la sociedad la información necesaria, basada en datos reales que permitan prevenir desastres y atender de manera oportuna los riesgos inminentes, fue el objetivo con el que Fabricio Guevara, Juan Valenzuela, Mónica Villamar y Verónica Monserrate, académicos de la Universidad Estatal de Milagro, elaboraron el artículo científico titulado “Analysis of Socioeconomic Vulnerability to Climate Events in the Cantons Santa Elena and La Libertad”.
El documento, publicado en la revista Ecuadorian Science Journal GDON, detalla los factores físicos y humanos identificados en los cantones Santa Elena y Libertad, en los cuales destacan la gran cantidad de calles sin pavimentar, familias sin acceso al agua potable ni alcantarillado, personas con discapacidad, un alto nivel de analfabetismo, viviendas con más de cuatro personas por dormitorio y personas que no cuentan con ningún tipo de seguro social, además de un proceso inadecuado de eliminación de la basura.
En el mundo, el cambio climático es una preocupación latente que acaba con el entorno de varios países y amenaza gravemente el bienestar de sus habitantes. En Ecuador, el aumento del nivel del mar y el incremento de la temperatura ocasionaría estragos en diferentes zonas del país; sin embargo, estos dos cantones se avistan en el horizonte como los más afectados, si no se emplean de inmediato medidas de prevención.
La disminución de la disponibilidad de agua dulce, erosión del suelo, pérdida de bienes y deterioro de infraestructura son, entre otros, los principales problemas que sufrirían Santa Elena y La Libertad debido al cambio climático, según una investigación, que encasilla a estas dos poblaciones situadas en zonas bajas (característica de cantones costeros) como las más vulnerables.
El informe advierte que un aumento de las precipitaciones generaría daños potenciales en la obra pública y pérdidas económicas. Además, que el incremento de temperatura por el calentamiento global favorecería el crecimiento de microorganismos, impactando a la salud y agravando, por ejemplo, la presencia de enfermedades, especialmente en las poblaciones de mayor riesgo.
OTROS CANTONES EN RIESGO
La iniciativa de esta investigación también tiene su origen en identificar los lugares con mayor vulnerabilidad al cambio climático en cada provincia del Ecuador. Por ello, el documento incluye un listado de 25 cantones, en el que también asoman: San Jacinto de Yaguachi, Santa Lucía, Salitre, Durán, Balzar, Balao, Quilanga, Palenque, Colimes, Olmedo, Baba, entre otros más de las provincias de Guayas, Los Ríos, Manabí, Loja, Santa Elena, Bolívar y Chimborazo.
PROPUESTA DE SOLUCIONES
La mejora de grandes canalizaciones e instalación de depósitos de agua en edificios, elevar la altura de diques marítimos o construir otros nuevos, constan entre las acciones concretas a ejecutarse de manera inmediata en estas dos poblaciones, explica el informe.
En años anteriores, la afectación por eventos climáticos ya ha causado estragos en Santa Elena y La Libertad, cantones que fueron elegidos para esta investigación considerando que son ciudades pequeñas, que no superan el millón de habitantes y que sus ingresos son medios o bajos.
“Las autoridades locales y líderes sociales son los que deben abordar estos problemas y sugerimos algunas posibles soluciones, como proponer medidas de mitigación y adaptación al cambio climático específicas para cada zona y armar consensos para proponer soluciones de estructura para las comunidades vulnerables”, puntualizó Valenzuela, uno de los investigadores.
El Dr. Guevara, autor de este artículo, puntualizó que en nuestro país, dependiendo de la región, las implicaciones a fenómenos climáticos se pueden traducir también en el incremento de la contaminación del aire, aumento en la demanda de electricidad, propagación de enfermedades tropicales en estaciones concretas, plagas, riadas, contaminación del agua y pérdida de inmuebles e infraestructuras.
EL DATO
La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en su artículo 1, define el cambio climático como una amenaza “atribuida directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera del mundo y aumenta la variabilidad natural del clima observado durante períodos de tiempo comparables”.
Cuando ocurren los aguajes fuertes, las comunas del perfil costero peninsular son las más afectadas. (Foto: cortesía Joffre Lino)
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